A la hora de confiar nuestro vehículo o cualquier otro elemento de nuestra propiedad, en manos de una persona o un servicio técnico para su reparación, debemos asegurarnos de que estamos acudiendo a una empresa que nos ofrece las máximas garantías de calidad y precio.
Una de las cosas que debemos tener en cuenta en primer lugar es la necesidad de no caer en reparadores fraudulentos únicamente con el objetivo del ahorro. Muchas veces nos dejamos cegar por un presupuesto inferior al que nos presentan otros, tan sólo para evitar pagar un poco más de dinero, pero no pensamos en si los resultados cumplirán los requisitos necesarios de un trabajo bien hecho.
Y es que la calidad, precisamente, debe ser una de las premisas que nos muevan a buscar un reparador con garantía de que dejará nuestro producto en las mejores condiciones posibles. Por eso, el taller al que acudamos tiene que ser capaz de asegurarnos que usa piezas nuevas de la mejor calidad y que las reparaciones serán llevadas a cabo por personal cualificado. De hecho, podemos exigir los certificados de profesionalidad de los reparadores que van a trabajar en nuestro producto y éstos están obligados a mostrárnoslos.
También es importante que, antes de que aceptemos que se vaya a hacer la reparación, el reparador que estamos a punto de contratar nos haga una valoración concreta del alcance de los daños a solucionar, y del tiempo y coste que esto significará.
Otra idea a valorar es la necesidad de acudir a empresas o reparadores privados de los que tengamos referencias de su buen trabajo. Podemos acudir al boca a boca con personas que se hayan encontrado con anterioridad en la misma situación que nosotros, para solicitarles su asesoramiento y también tenemos la opción de consultar en Internet la opinión de otros usuarios, o la información que se dé del servicio reparador en cuestión. No debemos acudir nunca a un técnico del que no podamos conocer nada de su experiencia laboral.
Una última cosa que muchos usuarios de reparadores desconocen es que estos servicios cuentan con una garantía de 30 días hábiles a partir de su entrega en los que, si la reparación falla, tenemos el derecho de volver a llevar el producto para que se arregle nuevamente sin tener que pagar ningún coste adicional.
Foto: Ater Serveis Integrals