Los ordenadores son, hoy por hoy, una de las herramientas fundamentales que se emplea tanto en el ámbito profesional como en el personal. Multitud de trabajos y ocupaciones requieren de uno y, sin lugar a dudas, su presencia en la vida privada ha cambiando notablemente los estándares de las relaciones personales.
Y, aunque hace no demasiado tiempo tener un ordenador suponía una inversión económica importante –incluso si se adquiría más barato porque fuera de segunda mano y hubiera que realizarle alguna reparación-, actualmente podría decirse que hay modelos adaptados a casi todos los bolsillos.
De hecho, la crisis económica de los últimos años ha favorecido la aparición de ordenadores de todo tipo que, sin reducir la calidad de sus prestaciones, buscan optimizar los recursos que pueden ofrecer para ajustar el precio al máximo.
Probablemente la primera iniciativa que se llevó a cabo en este aspecto fue el proyecto One Laptop Per Child (OLPC), que Nicholas Negroponte presentó en 2005 como el portátil ideal para que hasta las regiones más desfavorecidas del planeta tuvieran acceso a las nuevas tecnologías.
Su pequeño tamaño y su eficiente sistema de utilización de energía le convirtieron en el precursor de muchos de los modelos de portátiles todo terreno de bajo coste que actualmente triunfan en el primer mundo.
Y hasta tal punto ha llegado la lucha por la optimización que, por ejemplo, se pueden encontrar ordenadores por menos de 50 euros. Aunque también es cierto que no son máquinas al uso, sino más bien soluciones de computación que funcionan, incluso, sin teclado ni pantalla –aunque el usuario puede incorporarlo si así lo desea-.
La idea de los fabricantes es ofrecer únicamente las partes elementales del hardware, es decir, una placa base con procesador, un sistema operativo y una memoria, lo que permite realizar tareas básicas como almacenar datos, procesar números o realizar comunicaciones a través de la red.
Y en esta línea se han fabricado modelos como, por ejemplo, el Apc Android PC –de la empresa taiwanesa VIA-, el Raspberry Pi –diseñado por la fundación Raspberry Pi, que se alza como uno de los más asequibles por su coste de entre 20 y 30 euros- o el MK802 PC -que tiene un tamaño similar al de un pendrive-.